PRUEBA: Maserati Grecale GT (2023).

PRUEBA: Maserati Grecale GT (2023).

¿Un Maserati para todos los días?

Hay dos cosas que definen cualquier Maserati: su sonido y una calidad interior excepcional y este Maserati Grecale cumple con nota ambos apartados. Hace poco te contaba que el Maserati Levante era el modelo más vendido de la marca, pero eso acaba de cambiar con la llegada de su hermano pequeño, el Maserati Grecale.  

El Maserati Grecale ha pasado a ser el superventas de la marca por su versatilidad, su estética diferenciadora y…porque es un SUV «pequeño» y el mercado de hoy en día no se puede resistir a ello. La Maserati de antes con motores Ferrari y las prestaciones como bandera se ha posicionado recientemente como la marca de lujo del gigante Stellantis, algo que tiene su lado bueno y su lado no tan bueno.

Sigue leyendo para descubrirlos.

Pero…¿esto qué es? ¿Y qué hace en Saber de Coches?

Este no es el típico coche de Saber de Coches, las cosas como son. Los interesantísimos Maserati Ghibli Trofeo, nuevo Maserati GranTurismo y Maserati MC20 se están haciendo esperar pero para saciar el apetito por la marca del tridente me ha parecido interesante entender cómo se siente el grueso de compradores de la marca y poder contaros cómo se siente vivir con un SUV de lujo de más de 100.000€ (parte de 82.750,00€ pero esta unidad tiene más de 20.000€ en extras), al menos durante una semana.

El Maserati Grecale es un SUV de casi 5 metros de largo con tracción total permanente que se vende con tres motorizaciones: 

  • Grecale GT (desde 82.750,00€): motor 4 cilindros turbo mild-hybrid con 300CV
  • Grecale Modena (desde 98.100,00€): mismo motor 4 cilindros turbo mild-hybrid con 330CV
  • Grecale Trofeo (desde 132.000,00€): motor Nettuno V6 3.0l también turbo pero con un salto importante de potencia: 530CV

El Maserati Grecale es un SUV de tamaño «medio» aunque de medio ya tiene poco: con casi 5 metros de largo es 20cm más largo que el primer BMW X5 del año 2000.

¡Cómo han crecido los coches! Aún así, se nota mucho más ligero y manejable en ciudad que el Maserati Levante

Todos ellos tienen motor delantero central (es decir, descolgado por detrás del eje delantero) en posición longitudinal asociado a una caja automática de 8 marchas fabricada por ZF que envía la potencia principalmente al eje trasero a través de un árbol de transmisión hueco fabricado en fibra de carbono, pudiendo también enviar desde parte de la potencia a las ruedas delanteras cuando se considera necesario. 

Para que te hagas una idea de su posicionamiento, por precio, potencia, diseño y acabados es competencia directa del Porsche Macan, siendo a igualdad de todo lo anterior un poco más barato que el alemán por lo que la marca ha hecho muy bien los deberes por lo menos sobre el papel.

Ésta unidad además viene cargadita de extras como te contaré a continuación pero entre ellos destaca el indispensable «Paquete Conducción» que por solo 2.000€ añade suspensión adaptativa (no es neumática), un diferencial de deslizamiento limitado electrónico (eLSD), pinzas de freno pintadas en amarillo (un extra que por separado ya cuesta 550€) y pedales en acero inoxidable. La pregunta del millón es…¿Quién en su sano juicio no añadiría este paquete? 

La pantalla central puede mostrar infinidad de datos interesantes: presión de soplado de turbo, par en tiempo real, par enviado a cada rueda, temperatura de aceite y transmisión, presión de aceite y neumáticos, …

Paseo por dentro: Maserati se ha puesto las pilas

Como te decía al inicio del artículo, que las líneas generales de la nueva Maserati electrificada, eficiente y elegante dependan del gigante Stellantis tienen un lado bueno y otro no tan bueno. El interior es sin duda el bueno porque la modernización con respecto al Maserati Levante es palpable y muy agradecida. Aquí sigue habiendo logos de la marca por todos lados y la calidad está al mismo nivel pero su consola central y cuadro de instrumentos acusaba ya el tiempo, algo que en el Grecale han solucionado de manera superlativa.  

Porque las pantallas son las grandes protagonistas del interior, como dicta la moda. La central tiene una geometría muy curiosa uniendo dos superficies táctiles con la calidad de gráficos, información y respuesta que se esperan de un coche de este precio. Están muy bien colocadas evitando apartar demasiado la mirada de la carretera y tiene soluciones ingeniosas como el climatizador que permite subir/bajar la temperatura o la intensidad del aire acondicionado solo con poner el dedo en cualquier parte de la pantalla y arrastrarlo hacia arriba, abajo, derecha o izquierda.

Los asientos traseros también están calefactados, un extra que se activa en nuestro país automáticamente al calefactar los delanteros con el paquete Paquete Cold Weather Plus (1.705€)

El techo solar panorámico es opcional (1.870€) pero casi obligado pues la sensación de amplitud en el interior se multiplica x2 gracias a él.

La pantalla del cuadro de instrumentos también se presenta con un diseño limpio y sencillo pero muy completo, con unos gráficos que curiosamente se parecen poderosamente a los de Mercedes-Benz (incluso diría que la fuente de los números es la misma) que permiten cambiar entre diferentes visualizaciones sin perder la elegancia, algo que otra marca del sur de Alemania lleva años peleando por conseguir sin éxito. 

Pero si hay pantallas carismáticas en este interior esa tiene que ser la del reloj central. Como dicta la tradición de la marca, la parte superior del salpicadero debe alojar el mítico reloj de agujas pero aquí se ha remplazado por una pequeña pantalla redonda que también dispone de varios tipos de visualizaciones: reloj clásico, reloj digital, fuerzas G, asistente de voz e incluso presión en el pedal de acelerador o freno. Me encanta que las marcas sigan innovando aunque sea en estas cosas pequeñas.  

El volante es la obra de arte de este interior y curiosamente, la única pieza compartida (y adaptada, por supuesto) con su hermano de sangre el Alfa Romeo Stelvio con el que comparte muchos elementos, entre ellos la plataforma. Las enormes levas de aluminio fijas tras él le dan el tacto lujoso que me esperaba y aunque están en el medio a la hora de alcanzar los mandos de luces e intermitentes, se lo perdono sin dudarlo. Un par de satélites lo diferencian de su primo italiano y permiten arrancar y apagar el coche (pulsador izquierdo) y cambiar entre los diferentes modos de conducción (pulsador derecho). Ah, y además está calefactado.

También dispone de carga inalámbrica, Head-up Display, Sistema con cámara de visión 360º (1.100€) y un listado casi infinito de opciones que generan necesidades a cualquiera. 

Al mover la mirada a mi alrededor termino de enamorarme de este interior. Todo está forrado de materiales de alta calidad: cuero negro, aluminio de verdad (nada de plásticos cromados), madera negra (en concreto ésta se llama Madera Radiaca de poro abierto y cuesta solo 550€, aunque se puede sustituir por carbono u otros materiales) y tejido tipo Alcantara, dando una sensación de altísima calidad a la vista y mucho más al tacto. Algo que se replica en los espectaculares asientos de serie tapizados en cuero negro ventilados y calefactados que recogen sorprendentemente bien el cuerpo y una comodidad superior a cualquier otros de marcas generalistas y algunas mal llamadas «premium». 

Por sacar alguna pega al interior, la decisión de sustituir la típica palanca de cambios por cuatro botones -que hay que presionar con ganas- no me parece que aporte ninguna ventaja, más allá de liberar espacio entre los asientos para ubicar unos generosos posavasos claramente pensados para el mercado estadounidense. 

Pero son cosas menores que se me olvidan al conectar el teléfono móvil de manera inalámbrica y reproducir mis listas de reproducción a todo volumen en el espectacular sistema de sonido opcional de la hasta ahora para mi desconocida marca Sonus Faber de 21 altavoces (cuesta 2.750,00€).

Este interior es sin duda lo mejor del Maserati Grecale. Está por encima de las marcas alemanas, incluso por encima de vehículos tan lujosos como el Mercedes-Benz Clase G. Impresionante. ¿Lo será igual al volante?

El Head-up Display tiene varias configuraciones pudiendo mostrar las indicaciones del navegador en la más completa (se añade con el Techssistance Pack por 1.230€, incluyendo la zona de carga inalámbrica para teléfonos móviles).

300CV. Suficientes para el día a día

Aprieto el botón de encendido en el volante y un elegante gráfico dinámico con la silueta del Maserati Grecale me saluda desde el cuadro de instrumentos. Bajo la ventanilla, piso freno y aprieto de nuevo el botón de encendido para arrancar este 4 cilindros gasolina y…¡Cómo suena en parado! Es todo trabajo de escape -nada de sonido sintetizado por los altavoces- teniendo una nota bronca y grave, manteniéndose durante unos segundos mientras coge temperatura. 

Maniobro para salir del garaje con mucha facilidad gracias a una dirección muy desmultiplicada y agradezco la suavidad que transmite al rodar sobre los infinitos badenes que plagan la zona. A bajas vueltas, sin música y con las ventanillas subidas el aislamiento es impresionante -no sé si esta unidad lleva los cristales opcionales que lo mejorarían aún más- escuchándose tan solo el ronroneo del motor que curiosamente a veces me recuerda la nota de uno de tipo diésel. 

La postura de conducción es buena para el coche que es pues la banqueta se puede bajar mucho y las piernas van relativamente estiradas, como en los X’s de BMW por ejemplo, y se nota más ágil que su hermano mayor. La dirección es la principal responsable de ello pues es rápida y ligera. Al pasar con el segundo satélite del volante del modo Normal al modo GT o al Sport, ésta se endurece ligeramente para tratar de ganar algo de precisión en conducción alegre. Para probarlo, configuro en Google Maps desde AppleCarPlay (es inalámbrico) una ruta por los puertos de montaña de más altitud de mi Comunidad. 

En el primer puerto de subida confirmo que su suspensión está más enfocada a la comodidad que a la deportividad. Tiene dos modos de funcionamiento -Normal y Sport- que se activan desde un pequeño botón dentro del propio satélite de los modos de conducción, haciendo que se endurezca ligeramente la amortiguación en este segundo  modo, pero no termina de conseguir ocultar la altura del centro de gravedad de este Maserati Grecale. 

Los petardeos que acompañan cada cambio de marcha por encima de unas 3.500rpm son adictivos.

El motor es muy progresivo, de esos que van «construyendo la potencia» sin la típica patada de un turbo que sopla hasta los 2 bar. El acelerador se despierta entre las 4.000rpm y las 6.000rpm, donde pide llevarlo para extraer el músculo de un motor claramente pensado para el día a día donde los consumos no se vean muy penalizados. El genial tacto de las levas permite jugar alegremente con el cambio automático de convertidor de par de 8 marchas para mantenerlo en «la zona buena» con saltos entre marchas rápidos y suaves, solo siendo algo más bruscos a plena carga de acelerador, pero en ningún momento molestos. 

En modo Manual el cambio no salta de una marcha a otra al llegar al corte y, como todo en este coche, se queda ahí esperando de manera educada esperando a que su dueño decida qué hacer, algo que se agradece al apretarle las tuercas a este SUV de 1.870kg. Porque hay que apretárselas para sacar lo mejor de su propulsor que, aunque entregue su par máximo de 450Nm entre 2.000rpm y 4.000rpm, hay que acercarlo a la zona roja para extraerle todo el jugo. 

El indicador de marcha es pequeño, echando en falta que en alguna de las configuraciones del cuadro de instrumentos pudiese ganar protagonismo en el centro de la pantalla en un tamaño mayor como en el modo Corsa del Maserati Grecale Trofeo.

Aun así este Grecale no termina de encontrarse cómodo en esta situación principalmente por los frenos. Aunque monta unos generosos discos ventilados de 350mm mordidos por unas pinzas de 4 pistones de tamaño considerable (y discos también ventilados de 330mm detrás con pinzas flotantes atrás), el equipo no termina de disipar rápidamente todo el calor que se genera al detener sus casi 2 toneladas y acusan cansancio en el pedal con relativa prontitud. 

Ponen el límite a un coche que gracias a un sistema de tracción excelente podría salir mucho más rápido de las curvas si la frenada no limitase su velocidad de entrada. Este Grecale envía por defecto casi todo el par a las ruedas traseras, habiendo visto en todos estos días un 12% de envío de par máximo a cada rueda delantera a plena carga de acelerador, pero gracias al buen agarre de sus neumáticos (255/45 R20 delante y detrás) y su excelente gestión del par las pérdidas de tracción son inexistentes. Y eso que son neumáticos de invierno, en concreto unos Pirelli Winter2 Scorpion.

Los frenos del Maserati Levante me asombraron para bien, por lo que mi recomendación en este Grecale es que si vas a exprimirlo más de lo normal, optes por montar el equipo de frenos del Trofeo.

La suspensión en su modo Sport mejora algo las sensaciones -además monta esquemas de suspensión independientes de libro (paralelogramos deformables en ambos ejes)- pero como los frenos, está más cómoda en ciudad y autopista que en carreteras de curvas donde mi cabeza va de un lado a otro preguntándose por qué estoy probando el coche aquí. 

¿Hay alguien de verdad que sacaría su Grecale GT un sábado por la mañana para subirse a un puerto de montaña a «curvear»? La respuesta es claramente NO. Esa persona seguramente tenga en el garaje otro juguete más adecuado para esto o quizás ni le interese por lo que decido darme la vuelta y probar el coche como se merece. Y es ahí donde encuentro el éxito de este Maserati Grecale GT: es un coche impresionante para el día a día. 

Estos neumáticos Pirelli Scorpion Winter2 tienen en el interior del neumático una banda fonoabsorbente, algo que la marca denomina PNCS: Pirelli Noise Cancelling System.

El volante me sigue enamorando pues su tamaño es pequeño, como de berlina italiana, con un aro relativamente fino y unos materiales al tacto exquisitos. Además la dirección es suave pero también rápida cuando se lo pides, permitiendo moverse con muchísima soltura por autopista y por ciudad. 

El mejor 0-100km/h que he conseguido con estos neumáticos es 6,0s, muy cerca de los 5,6s que especifica Maserati en ficha técnica. 

Tras varios días confirmo lo que pensaba: el Maserati Grecale GT es…un GT en toda regla, mostrando su mejor versión en el modo de conducción…GT: el acelerador y la dirección son un poco más alegres sin perder un ápice de comodidad ya que la suspensión se mantiene en modo Confort. Así se puede circular horas y horas sentado en las comodísimas butacas rodeado de lujos y confort mientras disfrutas del impresionante equipo de sonido. 

Además las ayudas a la conducción funcionan MUY bie(esta unidad monta el Paquete de asistencia al conductor Plus – Nivel 2 por valor de 6.500€) y eso que vengo de probar el Tesla Model S Plaid con el Autopilot más completo que existe y no noto muchas diferencias. Funciona incluso casi mejor el de este Maserati aunque no pueda cambiar de carril o salirte por la salida de manera automática (algo que tampoco recomiendo en el americano), permitiendo navegar con total seguridad por cualquier carretera de manera casi autónoma (por supuesto las manos hay que mantenerlas en el volante). 

Como curiosidad, aunque el sistema de control de carril esté claramente desactivado, la dirección tiende a corregirse ligeramente.

Un exterior con mucho carisma

De un vistazo se sabe qué coche es y eso a nivel de posicionamiento de producto es un éxito rotundo. El enorme tridente en su parrilla delantera es sin duda la responsable, pero Maserati sigue siendo manteniendo en todos sus diseños toques con mucha personalidad, permitiendo reconocerlo desde casi cualquier ángulo. Me refiero por supuesto a las tres salidas de aire en los pasos de rueda delanteros (llevan en Maserati desde 1947), el nuevo logo de la marca sobre el pilar C o las cuatro generosas salidas de escape traseras. 

Los faros delanteros están inspirados en los del deportivo Maserati MC20 aunque a mi me recuerdan poderosamente a los de otro cochepero le dan mucha más personalidad que los pilotos traseros. Según la marca están inspirados en los del precioso Maserati 3200 GT que diseñó Giugiaro a finales de los años 90, pero en persona aporta más personalidad «Maserati» la pieza cromada puntiaguda entre ellos. La vista 3/4 trasera es sin embargo la más poderosa del coche, dando sensación de coche gordo y potente. 

El emblema ovalado de la marca sobre el capó incluye el nuevo diseño estrenado en 2020 con el tridente ahora en un sobrio «Azul Maserati» en lugar del anterior color rojo.

El color blanco metálico escogido para esta unidad (sí, aunque no te lo creas se llama Bianco Astro y tiene reflejos azules, grises e incluso ¿amarillos?) quizá no habría sido mi elección pues a mi modo de ver desmerece algo la agresividad de su diseño, siendo mucho más atractivo y elegante en colores más oscuros como negro o azul marino. Maserati ofrece para ello una paleta de colores casi infinita, llamandome la atención los colores llamados «Fuoriserie» con precios por encima de los ¡21.000€!. 

Lo que sí me han convencido son esas espectaculares llantas forjadas de 20″ y 5 radios en forma de tridente que se llevan todo el protagonismo en una vista lateral más sencilla que la del Maserati Levante, que tiene un capó claramente más largo y mucho más músculo en su paso de rueda trasero. Pero de esto se trata. Los SUVs que más se venden ahora mismo son los de tamaño medio y este Grecale está perfectamente dimensionado para competir y sobre todo destacar en un mercado extremada mente competitivo. 

Pequeños detalles que marcan la diferencia…

Conclusión: será un superventas

Este es el Maserati que el mercado a día de hoy espera y prueba de ello es que es el más vendido. La gente lo mira mucho al pasar e inmediatamente identifican la marca, incluso los más pequeños de la familia, y cuando decides gastarte casi 100.000€ en un coche de estas características lo último que quieres es que se vea como «un SUV más». 

Este Maserati Grecale lo tiene todo para ser un perfecto coche de diario pero sobre todo como Gran Turismo. Es un coche familiar, con espacio y maletero más que suficiente para 5 ocupantes a los que trata de manera exquisita durante horas y horas de viaje sin faltarles absolutamente de nada. 

Además gracias al buen sistema de tracción total y la monta de neumáticos aporta ese plus de seguridad para viajes por zonas heladas o nevadas como estaciones de esquí con total seguridad. Para mi gusto de petrolhead amante del olor de la gasolina quemada le falta algo de esa rabia y drama que espero al montarme en un Maserati, pero lo entiendo como coche para todos los días que es. 

¿Cómo se sentiría todo esto en una berlina de 1.400kg con un centro de gravedad más lógico? Probablemente sería mucho más brillante pero lo que se lleva ahora son los SUVs y Maserati necesitaba este coche como agua de Mayo. ¿Será el Grecale la salvación de la marca? Probablemente sí, pero si gracias a este tipo de coches pueden permitirse el lujo de seguir desarrollando otros como el Maserati MC20 o el nuevo Gran Turismo, ¡Bienvenido sea!

Aunque en este tipo de coches sean secundarios, te interesará saber que los consumos son los esperados en un coche de casi 2 toneladas y 300CV: 11,7l/100km en conducción relajada y 13,6l/100km en conducción más alegre.