PRUEBA: BYD Seal Excellence AWD (2024)

PRUEBA: BYD Seal Excellence AWD (2024)

¿Mejor que el tesla Model 3 Performance?

Al Tesla Model 3 le ha surgido un duro competidor con muy buenos argumentos. Bastan un par de minutos sentado dentro de este BYD Seal Excellence para confirmar que los chinos ya están donde quieren estar, fabricando productos a la altura o incluso superiores en muchos aspectos a los fabricantes de toda la vida europeos o estadounidenses. La tercera ola oriental ya está aquí con la digitalización por bandera y el BYD Seal podría ser su mejor estandarte…si fuese un SUV.

Por suerte quedan algunos pocos dementes de las 4 ruedas que seguimos pensando que pagar una diferencia considerable de dinero por el mismo coche con un poco más de chapa, más pesado, menos aerodinámico y en muchos casos hasta con menos maletero, no tiene sentido alguno. 

El BYD Seal es una berlina como las de siempre pero 100% eléctrica con una autonomía respetable de 500km (la real se acerca más a los 450km). Esta unidad Excellence tiene 530CV…espera, espera, espera…¡¿530 CV?!. Sí, has leído bien, tiene 60CV más que el Tesla Model 3 Performance que pasó por aquí hace ya un par de años y que es sin duda su rival a batir.

¿Podrá esta atractiva berlina china con el gigante americano? Veamos:

Pero…¿esto qué es?

BYD es una marca china de automóviles que ahora empieza a ser conocida en Europa pero lleva años cosechando un éxito tremendo en su país de origen. Es la abreviatura de BUILD YOUR DREAMS -slogan que algunos modelos incluyen en la parte trasera del coche en forma de logo- y que representa la mentalidad de un fabricante que presenta muchos paralelismos con el mayor fabricante a día de hoy de coches eléctricos, Tesla.

Como esta marca, todos sus modelos son 100% eléctricos o híbridos enchufables y para triunfar han decidido tirar abajo todos los pilares que soportaban desde hace décadas la fabricación tradicional de automóviles para romper las reglas del mercado. A diferencia de prácticamente todos los demás fabricantes, BYD fabrica en interno un porcentaje altísimo de los componentes que instala en sus coches, reduciendo al mínimo la dependencia de terceros, algo que les permite trabajar con costes mucho más contenidos y precios de venta al final más competitivos. Algo que el mercado de eléctricos lleva reclamando décadas.

Es cierto que están bien soportados por un colchón financiero en forma de gobierno chino quien no oculta que ha invertido en esta marca cantidades ingentes de dinero, pero acciones como la compra de varios barcos transatlánticos para transportar sus coches sin presiones de las navieras o vender sus vehículos directamente a través de concesionarios propios y no de otros conglomerados de marcas chinas en Europa demuestran que vienen fuertes, muy fuertes. Por muchos aranceles que intente Europa implantar y que probablemente, a fecha de publicación de este artículo, ya lo estén.

El BYD Seal es quizá su modelo más interesante objetivamente porque es el que mejor cubre las necesidades de movilidad eléctrica sin caer en tontas modas de carrocerías menos prácticas y aerodinámicas. Se trata de una berlina de 5 puertas 100% eléctrica que se vende en dos acabados, «Design» con un solo motor eléctrico de 313CV en el eje trasero y esta versión probada «Excellence AWD» con dos motores eléctricos, uno en cada eje, 530CV y suspensión semi-activa. 

Promete una aceleración 0-100km/h en solo 3,8s (el Tesla Model 3 Performance lo hacía en unos todavía más impresionantes 3,3s), pesa 2.200kg pero sus inmediatos 670Nm prometen moverlo con soltura. Pero antes de eso, vamos a verlo por dentro.

El precio de esta unidad con acabado Excellence AWD es de 48.990,00€; tan solo 2.000,00€ más que la versión de acceso Design con 313CV y tracción trasera. 

Paseo por dentro:

Los asientos de cuero calefactados y ventilados de este BYD Seal son sencillamente perfectos. Resultan muy cómodos, tienen más agarre lateral que los del Tesla Model 3 de primera generación (el actual aún no ha pasado por aquí), unos reposacabezas fijos acolchados y un diseño realmente atractivo, especialmente en este color azul claro del interior llamado Tahitian Blue. La postura es también buena aunque vas con las piernas igual de estiradas que en un BMW Serie 3, por ejemplo y la cantidad de pitidos nada más emprender la marcha es tal que resulta hasta molesto.

Parece que eso va a ser la tónica general de los coches a partir de julio 2024 al ser obligatorio para los coches nuevos emitir una señal acústica si superas el límite de velocidad, pero hace pensar que, si esta pitando todo el rato, quizá acabamos acostumbrándonos y no cumpla la función para la que ha sido impuesto. De cualquier manera y volviendo al BYD Seal, buceando por su carismática pantalla central que puede rotar 90° puede desactivarse, así como acceder a prácticamente todos los controles que, como Tesla y ya prácticamente todos los eléctricos, se activan o desactivan de manera exclusivamente táctil. Su sistema operativo es algo menos intuitivo que el de la marca de Musk pareciéndose más al de un smartphone que algo desarrollado ad hoc para un coche pero en pocos minutos uno se acostumbra.

En este BYD aún se han mantenido algunos controles físicos básicos como el cambio de modos de conducción (ECO, NORMAL o SPORT), el volumen o el selector de marcha.

La pantalla del cuadro instrumentos tras el volante es relativamente pequeña y sencilla en diseño (no deja de ser un rectángulo plano con borde negro, al que mi TOC de ingeniero recrimina que el borde negro inferior sea inexplicablemente más ancho que el superior) pero resulta perfecta en contenido, legibilidad y posición, pudiendo cambiar entre un par de visualizaciones clásica o más minimalista.

El color de todos los materiales en puertas, túnel central y salpicadero también puede escogerse en negro pero agradezco que esta unidad equipe estos arriesgados tonos azul claro que le dan más personalidad y combinan bien con las piezas plásticas en negro piano, con el aluminio en algunas zonas importantes como tiradores de puertas Blue y el cristal iluminado de la palanca de selección de marcha. El volante también da la misma sensación de calidad y robustez con unos botones fáciles de accionar y muy sólidos, al nivel de los mejores coches japoneses pero con algo más de gracia en su diseño.

Las cámaras tienen una calidad muy alta y hay por todas partes, pudiendo ver cada una de manera independiente incluso en movimiento.

Las plazas traseras son también muy amplias y aunque tienen menos amenities, el enorme techo solar panorámico permite que entre mucha luz dando la sensación de amplitud en un coche que por la línea de techo tendida en forma de coupé tiene menos superficie acristalada que las berlinas de 3 volúmenes de toda la vida. 

Desde aquí atrás se puede controlar también el sistema de asistencia por voz de BYD tras la frase “Hi, BYD” en inglés (en español no lo reconoce), sistema que salvo por algunos errores tontos de traducción funciona realmente bien.

Paseo por fuera. ¿Diseño estético marino? 

El BYD Seal es, junto con el BYD Han, a día de hoy el coche chino en Europa mas atractivo que puedes comprar; al menos hasta que llegue el Xiaomi SU7 cuyas líneas en fotos también prometen una presencia que no dejará a nadie indiferente al verlo en persona. Esta berlina de manecillas enrasadas y estilizadas formas de aire coupé se ve muy aerodinámica y deportiva, la mires por donde la mires. Su frontal en X recuerda con timidez a una marca alemana de la región de Stuttgart de cuyo nombre no quiero acordarme y su trasera a la segunda marca de la misma ciudad, siendo aquí igual su parte más sosa y con menos personalidad. Por mucho que la marca se empeñe en recordarnos que el lenguaje “acuático” está presente en todos sus modelos, en persona parece como que la parte delantera y la trasera pertenecieran a dos coches diferentes.

Las llantas de 19” al más puro estilo KIA EV6 GT tienen un aspecto más tirando a tapacubos que a llanta y desmerecen también ligeramente el conjunto. No se puede solucionar fácilmente porque son las únicas disponibles pero una vez superadas, la línea lateral está muy conseguida. Tiene detalles diferenciadores en plástico negro brillante que no son funcionales como la pieza detrás del paso de rueda delantero, las (endebles) taloneras y en la ventanilla trasera que le dan personalidad pero es la línea de techo que en ningún momento se pone horizontal consigue aportar ese aspecto dinámico y deportivo, aunque sea una berlina.

El BYD Seal es muy bajo, teniendo una altura libre al suelo algo escasa para los conductores más agresivos con los odiados resaltos en ciudad.

El color es lo único que se puede escoger de la estética exterior en el BYD Seal (al menos en España); este Atlantis Grey no sería mi primera elección pero le da un aire elegante que claramente BYD, como CUPRA, ha querido mantener de manera obligada con una paleta de colores tirando a sosa. 

Pero es sin duda el frontal quien se lleva todas las miradas de incertidumbre al iluminarse las 4 tiras dobles de luces diurnas en forma de bumerán debajo de los faros delanteros en forma de C. La entrada de aire inferior está bien disimulada y la aerodinámica lateral bien trabajada con aperturas funcionales destinadas a dirigir el flujo de aire frontal a los laterales de las ruedas y reducir sus turbulencias.

No todo es funcional pero casi.

Paseo al volante: más GT que deportivo. 

Como (casi) siempre, he decidido dejar la parte menos buena parte para el final. Porque si por dentro y por fuera supera con creces al Tesla Model 3 en diseño, ergonomía y acabados, al volante el enfoque es claramente diferente entre ambos modelos, haciendo complicada su comparativa. El primer día decido tantear su eje trasero en una rotonda parcialmente mojada por unos riegos (afortunadamente) mal orientados, descubriendo que su trasera tiene cierta alegría gracias a unas ayudas permisivas y unos neumáticos estrechos. 

Pero según pasan las horas el coche muestra sus cartas realmente, pudiendo reconocer a BYD su sinceridad. No han elegido para esta versión tan prestacional el apellido Performance, como sí hacen Tesla o Polestar por ejemplo, si no “Excellence”, algo que cumple a la perfección.

Como todos los eléctricos, el BYD Seal se mueve de manera impresionante a baja velocidad, con una agilidad pasmosa a poco que se pise el pedal derecho con ganas. Acelera mucho, muchísimo (aunque la sensación es que lo hace con menos agresividad que el Tesla) y con asfalto seco como el de estos días y unos neumáticos nada pensados para una conducción agresiva en tramo de montaña o circuito -unos Continental EcoContact 6 Q de poca sección y mucho balón para un coche de esta potencia y par (235/45 R19)- el agarre es bastante decente, teniendo muy poca sensación de velocidad.

La regeneración en ninguna de sus configuraciones es tan potente como otros eléctricos, no pudiendo aquí conducir con un solo pedal.

Pero cuando vienen curvas cerradas de 2ª o 3ª no termina de estar tan cómodo como sí estaba en Tesla Model 3 o el Polestar 2 Performance. El vaivén aquí de la carrocería es más acusado, aún seleccionando el modo Sport que no modifica la dureza de los amortiguadores, ya que tan solo cuentan con una válvula interna pasiva que adapta su firmeza en función del firme que pisas. Los rebotes de la carrocería a poco que la carretera esté un poco rota o bacheada meten más prudencia que locura en tu cerebro con esa sensación como de ir flotando por la carretera y cuando vas a los frenos y el tacto del pedal no resulta consistente en todas las ocasiones, sabes que es momento de levantar.

No es que frene poco, pues sus pinzas delanteras de 4 pistones muerden los discos ventilados y perforados de generoso diámetro con fuerza; es el pedal el que no transmite la confianza que necesitas para asegurarte que cada vez que lo pises frene exactamente lo que quieres. En ciudad frena quizá más de lo que te esperas inicialmente con un recorrido tirando a corto, pero cuando le exiges un poco más de trabajo a las pinzas el pedal empieza a volverse pastoso.

El BYD Seal tiene suspensión delantera de dobles triángulos superpuestos (curioso que nos sea McPherson) e independiente multibrazo en la trasera. 

Los amortiguadores tienen una válvula activa con capacidad de variar de manera mecánica su dureza en función de la frecuencia de las irregularidades que pisas. Si la frecuencia es alta (terreno muy bacheado) se vuelven más blandos, mientas que si la frecuencia es baja (vaivenes de la carrocería en curva, por ejemplo) se vuelven más duros. Algo que la marca llama: Frequency Variable Damping o Frequency Selective Damping (FSD), dependiendo de la fuente. 

En ningún momento es inseguro; es más, diría que peca de lo contrario estando incluso los neumáticos por debajo del sistema de frenado llegando al ABS pronto y con los intermitentes de emergencia asustando a los más cautos. Además tiene cierto lag tras dejar de frenar justo cuando quieres volver a acelerar de manera inmediata, notando ese molesto retardo entre lo que le pides con el pie derecho y el momento en el que llega la potencia, algo que en un eléctrico resulta imperdonable. La dirección por otro lado sí se nota más acorde con la potencia, siendo rápida y firme sin pecar de tener una excesiva dureza y transmitiendo poco, algo que por otro lado es comprensible visto el enfoque del coche.

Al final sientes que estás haciendo algo para lo que el coche no está pensado, bajas un par de escalones, te recuestas y es cuando encuentras una berlina comodísima y muy estable con la que negociar curvas largas a velocidades inconfesables. Cumple así como un GT en toda regla con potencia para adelantar a cualquier cosa que se interponga en la carretera mientras te dejas cuidar por un interior pensado para pasar grandes kilometradas sin cansancio alguno.

Este BYD Seal Excellence equipa el sistema iTAC (intelligent Torque Adaption Control) quien gestiona el par enviado a cada rueda del eje trasero ayudando a meter el morro del coche en la curva de manera notable.

Conclusión

Tras varios días con el BYD Seal Excellence la conclusión es que 530CV son demasiados para un coche de este enfoque y que tiene argumentos más que de sobra para comerse el mercado. La gente no se corta al mirarlo por la calle, incluso en este discreto color e impresiona su aceleración en 3,6s (he llegado a ver ¡3,4s!) aunque nadie la necesite en un coche destinado al día a día.

Todo el que se ha montado en el coche ha quedado impresionado por la calidad y terminación de su interior, su comodidad tanto en las plazas delanteras como traseras y no se han quejado de su estética exterior, afirmando alguno que no parecía un coche chino si no que tenía “aires a Porsche”. Y no les falta razón.

Si no te dicen que es chino, muchos apuntarían a marcas premium alemanas al verlo y montarse en él.

En persona el coche es rompedor, diferente a las ya típicas y archiconocidas berlinas alemanas y mucho más agraciado estéticamente que el Tesla Model 3. Tiene un interior más ergonómico, más trabajado en materiales y diseño, siendo uno de esos coches que estás deseando te asignen en la empresa de coches de alquiler de turno cuando vas de viaje de trabajo o de vacaciones y tienes por delante largos tramos de autopista y ciudad.

Los chinos están aquí y BYD es probablemente la amenaza más real e inmediata que tienen todos los fabricantes tradicionales europeos, estadounidenses y japoneses si no ponen remedios para adaptarse y ofrecer el mismo nivel de coche al mismo precio que lo hace esta marca. Su slogan reza “Build Your Dreams” y me pregunto si es una frase destinada a que sus dueños la apliquen o más para que los demás coches al verlo se pregunten si su coche también está “construyendo sus sueños» o tienen que empezar a plantearse un cambio pronto…

Es complicado dar una cifra precisa del consumo porque solo registra el total del coche y los últimos 50km pero practicando una conducción eficiente es normal ver figuras en torno a los 18kWh/100km, subiendo ligeramente por encima de los 20kWh/100km si te pesa un poco el pie derecho.