PRUEBA: Honda S2000 (2008)
Hay algo que nos estamos dejando por el camino. Las EMOCIONES a velocidades normales. Parece que si un coche vibra debe ser quemado en la hoguera o que si al hundir el pie derecho no sufres un repentino latigazo cervical, el coche no merece el precio que se pide por él. Las agobiantes normativas en materia de seguridad, emisiones y la exquisitez de algunos usuarios demasiado sibaritas con más voz que razón están dilapidando ese gusanillo que te recorre la espalda cuando sabes que te estás montando en algo que es imperfecto, desafiante y hasta en cierto punto, frágil.
Y lo digo porque el Honda S2000 es el típico deportivo que a más de uno decepcionará por no saber disfrutarlo en condiciones. O quizá nunca será capaz de extraer toda la esencia del que, tras probarlo brevemente y fría mañana de Diciembre, ha pasado a copar mi top 3 de los mejores Roadsters de la historia.
Y es que tiene muy buenos argumentos…